Ordenar la economía es mas fácil que ordenar la conciencia y la responsabilidad
La manera más simple
de acercar las zonas rurales a las ciudades, es la planificación de las mismas,
según las distancias mínimas y el impacto de las nuevas tecnologías, es decir
un índice de medida para la evaluación es que mientras más lejos se ubique una
zona rural de una ciudad referente, menos posibilidades de desarrollo tendrá.
Partiendo de los métodos tradicionales o convencionales, solo la
disposición al cambio es la vía evolutiva al desarrollo innovador.
La micro y pequeña empresa son las principales fuentes
de empleos en los países de economía sana y en franco desarrollo del
emprendimiento innovador.
Desde este punto de vista, se observa que la planificación
urbana se ha venido desarrollando de acuerdo a la naturaleza intricada de cada
ciudad, dando como resultado una mejor calidad de vida para los habitantes
citadinos, logrando el avance particular de individuos a ciudadanos.
De esta misma forma se requiere un plan de desarrollo
sostenible en las zonas rurales, donde el habitante del campo avance
individualmente desde las posiciones de campesino a agricultor y su conversión
a agroindustrial.
Solo esto se logra desde la planificación integral entre la
zona rural y la urbe, estandarizando distancias, tiempos, servicios, impactos y
tecnologías, como índices de parametrización para medir el avance de la gestión
pública y privada, en el desarrollo de la planificación y la prospectiva.
En caso contrario, tenemos un franco deterioro de la oportunidad de desarrollo integral, y en consecuencia solo vemos encarecer la vida de la localidad.
La sociedad cobra vida propia, pero depende del estado de conciencia y de la responsabilidad que deriva de cada individuo en el desarrollo de su actividad.
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